PIEDRA BRUTA
¿Qué es la piedra bruta, sino la imagen de nosotros mismos? Esa imagen que no deseamos ver, que falsamente tratamos de ocultar tras una máscara sonriente y feliz.
¿Qué hay dentro de nosotros? Hay aristas que lastiman, bordes filosos que hieren sentimientos, hay rugosidades en las que se enquistan partículas de desprecio y egoísmo, hay una especial capa de imperfecciones que se ha ido acumulando desde eones de tiempo, hay porosidades desde las que brotan el engaño y la pereza de desear seguir así.
Y entonces nos miramos al espejo, maquillamos nuestro rostro, adornamos las manos, los cabellos y nos ponemos el mejor vestido. Sin embargo nada ha cambiado. Ni tan siquiera un exquisito perfume puede ocultar a ese triple yo inferior que se alimenta de sí mismo y desatiende a la dulce voz permanente del alma que dice: “¡Golpea! Toma tu mazo y tu cincel, cíñete tu mandil y desliza tus manos dentro de los blancos guantes. Golpea despacio, quita pedazos pequeños de tu piedra, no te hieras, pero no sigas hiriendo. Golpea con dulzura, pero firmemente, con decisión y sin miedo. Moldea tu piedra para que puedas acercarte a otras y a otras más. Permite que el cincel encuentre salientes y que el mazo golpee y verás lentamente surgir una nueva forma en ti que será más armónica, más suave y más bella.
Así como los guijarros del río aceptan silentes los golpes del agua, de los obstáculos hundidos y de la ardiente arena de la costa, así has de aceptar el sendero que has elegido; con la misma paciencia y perseverancia para resurgir de ti misma y ser parte constituyente del edificio que entre todos construimos: la Masonería.
Alex Tomás Santino
M.·. M.·.